Contigo, vida mía, yo podría morir de amor de ese amor que salva.
Sé que es amor porque todos mis mundos caben en su abrazo.
Un mundo de soñadores, Sancho, que no deje lo gigantesco atrás.
Una mujer libre es todos los caminos.
Es el poeta quien tragado por sus desiertos escribe la lluvia.
Solo sé que llamé, amor mío, a tu puerta y fue el universo quien abrió
En cada latido hay un poema zen del universo.
La realidad es la lírica atávica, amor, de las estrellas.